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La Computadora Maravilla

Comprar una computadora es una tarea azarosa. Quería una máquina que no caducara rápidamente, que me ofreciera todas las prestaciones para correr los paquetes y juegos nuevos, pero que tampoco me quebrará. Leía con cuidado los comentarios de equipo de Personal Computing, pero las que parecian perfectas para mi, no lo eran para mi presupuesto y viceversa. Al final con un suspiro de resignación pense que quizá encontraría algo más adecuado a mi bolsillo en el Aviso Oportuno.
Un anuncio llamo mi atención: "Computadora Maravilla, cómprela y vuélvase rico, Garantizado"
Riendo entre dientes ante el desvergonzado aviso, marque el teléfono. Era ilógico, era absurdo, pero que perdía con enterarme.
Antes de darme cuenta un persuasivo vendedor ya me había sumergido en su platica y sin saber como le dicte los números de mi saturada tarjeta de crédito.
-- Si no le satisface le devolveremos su dinero más un obsequio sorpresa -- me aseguro antes de colgar y yo sintiéndome tonto y confundido me recriminaba por haber caído en tan absurdo juego. "Puedo cancelar ahora mismo mi tarjeta", me dije, pero era ya muy noche.
Al otro dia antes del desayuno llego el servicio de entrega. En efecto había llegado una computadora. Bueno antes de devolverla podía probarla.
Limpie un lugar en mi mesa de trabajo y conecte el artefacto. El arranque fue inusual, no había DOS, ni Windows, un dialogo en la pantalla me indico que la Computadora Maravilla debería ser conectada al teléfono y la televisión para recibir toda la información posible sobre los manejos bursátiles y arrojaría un listado de las acciones de la bolsa de valores más rentables.
No era eso lo que yo deseaba pero procedí a hacer lo que la pantalla indicaba. Y en efecto más tarde arrojo un listado. Hable a mi primo que trabajaba en una casa de bolsa. Dudo de lo que yo le platique pero dijo que podía invertir un par de miles a mi nombre a condición de que los pagara si se perdían. Dude un poco, pero acepte.
Ante mi sorpresa la Computadora Maravilla había acertado. Las acciones duplicaron. Más animado seguí su siguiente consejo invirtiendo un poco más. Y de nuevo los resultados fueron muy jugosos.
Ya para entonces "Cindy", (mi Computadora Maravilla) tenia su propia mesa especial, fundas nuevas, mouse Pad y un caro teclado ergonómico Microsoft. Y cada día que acertaba, yo la besaba con ternura y le compraba algo. Clima artificial para mantener frescos sus circuitos, papel especial HP para que imprimiera los listados de acciones afortunadas en fin todo un ambiente armónico y propicio.
Pero un dia no imprimió el listado. Me alarme un poco, pero decidí dejarla descansar. Al otro dia en vez de imprimir, listo en la pantalla las acciones.
Tome nota y dicte a mi primo el listado. Teníamos tanta confianza en Cindy que ciegamente invertimos toda nuestra fortuna. Y por primera vez fallamos, todas nuestras ganancias se disolvieron. Quedamos pasmados.
Había que llamar al soporte técnico, pero aparte de un logotipo de la "Computadora Maravilla" no había ninguna marca. Busque infructuosamente en el periódico y sólo al revisar diarios viejos encontré el anuncio. De nuevo contacte con el vendedor.
--Enviare a recogerla y le devolveremos el dinero -- Aseguro. Pero yo no quería eso, necesitaba que volviera a ser la de siempre.
-- ¿No le ha enviado algun mensaje especial? -- me pregunto el vendedor . Yo le repuse que no, simplemente ya no imprimió.
Al otro dia el vendedor y un técnico revisaron a Cindy. El técnico encontró casi inmediatamente la falla. La impresora se atasco. había atorado un mensaje.
"La Computadora Maravilla ha completado su marca de operacion con éxito. Con las utilidades que ha obtenido podrá obtener la nueva Computadora Supermaravilla"
El vendedor me explico: Este modelo cumplió su cometido, con lo que usted gano debió haber comprado el modelo siguiente que le permitiría hacer operaciones más grandes, de mucho mayor importancia.
Pero eso ya no era posible de todas formas. En cuanto el vendedor, el técnico y mi primo se fueron, le di una palmada amistosa a Cindy y declare que de todas formas yo no quería una computadora para hacer dinero. En el acto Cindy imprimió un nuevo listado; Era una página llena de corazones.
Hoy Cindy ya no especula más en la bolsa pero carga un agradable Windows 3 que me permite hacer mi trabajo y correr mis juegos, así somos felices.

 

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