Dark Format

El Fin de la Guerra del Nintendo

Tsun Tzu dijo:
"Los duchos en la guerra cultivan el Tao y defienden las leyes y por eso son capaces de formular políticas victoriosas"
Ho Yen-Hsi, General del Cuarto Ejercito Popular de Liberación Chino, cerro su libro escrito tres mil años atrás y contemplo el campo de batalla más allá de la aspillera de su vehículo blindado. Las líneas de las colinas se dibujan tenues e insinuantes entre la bruma como en los viejos dibujos chinos, pero aquello no es China, ni tampoco hay bruma, es el humo resultante de una pesada cortina de artillería sobre las defensas de la ciudad rusa de Lesozavodsk, 200 kilómetros al Norte de Vladivostok en una maniobra envolvente destinada a aniquilar la ciudad más importante del oriente ex-sovietico.
Yen-Hsi recibió un sencillo telegrama de un ayudante. Como era de esperarse los restos del Ejercito Rojo no eran rival para sus carros de batalla Yiang-9 provistos de cañones automáticos de 120mm. Pero esa no era su preocupación, quinientos kilómetros al Este, frente a las costas del Japón la Séptima flota Norteamericana ya debe haber lanzado sus cazabombarderos F-18 Hornet desde los portaaviones, apoyados por verdaderos enjambres de cazas F- 15 Eagle basados en Hokkaido.
Yen-Hsi esta consiente de que al menos tres satélites espías han enviado detallados informes de sus tropas y armamento. También sabe que sus bases, líneas de aprovisionamiento, unidades de mando y cuartel general, líneas de comunicación, centros de energía y acopio de recursos están perfectamente ubicados por los americanos. Es más, cada uno de sus hombres y carros de combate tiene asignado una bomba inteligente o un misil Tomahawk que guiados por un sistema de navegación satelital y comparación de terreno (TERCOM) destruirán implacablemente el blanco.
Yen-Hsi, también sabe que los americanos usaran por primera vez cazabombarderos robot, que volando bajo el radar impregnaran a sus tropas de alto explosivo y misiles anticarro. Son ingenios altamente sofisticados guiados por un piloto remoto que por medio de realidad virtual manipulara el avión con la habilidad de un adolescente en un videojuego de computadora.
Yen-Hsi no tiene nada remotamente parecido, usa comunicaciones alambricas por telégrafo y ni uno solo de sus carros de combate tiene nada similar a un radar o una computadora. Paradójico en el país que produce el 70% de las piezas de todas las computadoras del mundo. Pero a cambio posee algo mejor.
El ayudante entrego otro mensaje, Yen-Hsi sintió un dragón que se enredo en su estomago. Pocos kilómetros a su espalda unidades alimentadas por reactores nucleares de campaña comenzaron a generar intensos pulsos de microondas direccionales.
Ondas mas concentradas que las producidas por el radar, más fuertes y mas violentas que llenaron el aire con su pulso electromagnético, potente y feroz.
Eso era todo y eso era suficiente. En mil kilómetros a la redonda todo aquello sobre el horizonte que tuviera una computadora, desde un radio de campaña a un cazabombardero simplemente la perdió.
Tres cazabombarderos americanos Tomcat F-18 rasgaron el humo de la artillería y sobrevolaron las columnas de carros de combate. Su paso fue seguido por el tronido ensordecedor de los cañones cuádruples Tzu Tzu 20/4 lanzando seis mil balas por minuto. Solo uno de los aviones pudo escapar.
Yen-Hsi sabía que los americanos podrían emular esa misma arma, pero eso era mejor, la guerra regresaba a los hombres no a las computadoras y eso era bueno ¿No?.

Pablo Viadas.