DARK FORMAT

CUENTO DE NAVIDAD

Mister Gates quedo a solas en las inmensidades de la recamara de su mansión, los muros ricamente tapizados estaban ocultos en la rivera nocturna de aquella zona de penumbra hasta donde sencillamente su lampara de noche no alcanzaba a iluminar. Era víspera de Navidad, pero eso no era lo importante sino el hecho de que cada día mas se aproximaba hacia su sueño dorado; el total dominio de Windows.
En el silencio de su habitación pudo escuchar atronador el sonido de la seda de sus sabanas al acomodarse y pudo regodarse de todos aquellos sistemas operativos que quedaron derrotados en el camino. De pronto la luz parpadeo y se apago. No era posible, la mansión tenia su propio sistema generador, era un edificio inteligente, robotizado para todo fin, incluso la seguridad, pero más allá en la zona de penumbra, unos pasos resonaron lenta y pesadamente sobre la escalinata. Inevitablemente se aproximaban a su puerta.
¿Un secuestro? La posibilidad le provoco un sudor helado recorriendole la espalda. Pero eso no era posible, el sistema de alarma era el más avanzado y estaba triplicado, ni siquiera había confiado en guardias humanos, todo estaba computarizado. En la puerta alguien golpeo tres veces.
No iba a abrir , pero un impulso incontenible le obligo a acercarse, en eso la luz regreso. Una falla de sistema pero estaba remediado, giro y regreso a su cama, pero la luz no era su lampara, era un luminoso espectro que al lado de su cama le encaro. El mas puro y paralizante terror se apodero de Mr. Gates atenazándolo con sus heladas garras, pero aun así pudo reconocer, al espectro. Era el cadáver de Mr. McIntosh. Le dirigió una sonrisa lobuna y le dijo algo sin palabras pero con voz que resonó en el espacio.
Una campanada, Mr. Gates despertó, había sido una pesadilla, pero no estaba en su recamara, era un joven estudiante, el sol brillaba en lo alto y en torno a el decenas de computadoras resplandecían con sistemas operativos diferentes. Cierto, había ya un MS-DOS, pero también estaban ahí muchos otros. DR-DOS, Os/2, UNIX, Mac, muchos, pero eso había sido en otras Navidades.
Dos campanadas, la Navidad presente, mientras Microsoft Intel celebra la Navidad sistemas operativos grandes y pequeños sucumben ante el binomio Menphis/NT, nada puede ser mejor, es un imperio mundial, desde los montes Himalayas. Los desiertos mas hostiles, el fondo de los mares y el espacio, nada escapa.
Tres campanadas. Mr. Gates vago por las salas desiertas, inmensas y abandonadas, donde el polvo y el desorden es el único remanente del imperio. ¿Qué ocurrió? . Una inmensa bola de acero golpeo el edificio con la fuerza de un terremoto, afuera el logotipo del imperio cayo entre una lluvia de cascajo y acero. ¿Cómo era posible? Mr. Gates corrió tratando de detenerlo, pero ante él se irguió un espectro, su sentencia lapidaria fue fin y respuesta a toda la pesadilla de aquella noche. Supo que representaba las Navidades futuras y supo su destino en aquella frase.
"Es el fin del imperio del software"
Y eso no fue lo mas terrible, sino las letras gravadas con fuego en el rostro del espantoso espectros "LINUX".
Mr. Gates despertó sudando, ya había amanecido corrió a su computadora, aun no era demasiado tarde. Tenia mil ideas, no un solo sistema operativo, miles de ellos, creatividad, personalización, no solo Windows, no solo derechos, haría algo de arquitectura abierta, totalmente accesible a desarrolladores independientes, si, no era tarde. Recibiría todas las ideas, las apoyaría. Aun era Navidad.

 

 

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